tanto en su entendimiento de la doctrina como en su vida de comunión con el Señor Jesucristo, tanto en su meditación de la Palabra como en su caminar con Dios. Si la fe contempla a Dios como su objeto, el amor —al menos, en sus manifestaciones prácticas— se dirige principalmente al prójimo. La fe resume las exigencias de la primera tabla de los diez mandamientos; el amor la segunda. El que es sano en la fe y en el amor, guarda los mandamientos de Dios. A veces, los viejos se vuelven
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